¿Ponemos un plato de ducha?

Es una de las obras más realizadas en los últimos años. Son innumerables las familias que han apostado por quitar esa vieja bañera para colocar un plato de ducha. Sea por el precio del agua, el coste de calentarlo, o por conciencia ecológica, en muy pocos hogares se utiliza la bañera para darse un baño. En cambio, el plato de ducha presenta algunas ventajas, como son el acceso para personas con dificultades de movilidad, o en el ámbito estético, da una sensación de mayor amplitud en el baño.

Esta es pues, una de las obras que más demandan los usuarios, y por la que los instaladores compiten en precio y tiempo de realización.

Sin embargo, la instalación de un plato de ducha plantea varios problemas que hay que tener en cuenta antes de lanzarse.

El primero de ellos es decidir si instalamos un plato de fábrica, o lo hacemos de obra. Estaremos de acuerdo en que los de obra ofrecen un montón de soluciones estéticas, pero siempre han de estar muy bien impermeabilizados. No hay nada peor que levantar el plato a los dos meses para arreglar la gotera que le hacemos al vecino. Por ello hay que confiar esta tarea a profesionales expertos.

Otro problema, sea cual sea el material del plato, es la altura. Muchos clientes, guiados por las fotos de los catálogos, se empeñan en que su plato vaya también a ras de suelo. Y esto, no siempre, o pocas veces es posible. Bajo el plato, la válvula de desagüe ocupa un espacio (variable según marcas o utilidad), y más si es sifónica. De este modo, es importante que la distancia entre el forjado de hormigón y la baldosa sea suficiente. Y aun así, aunque la válvula cupiera, también es fundamental que el tubo de desagüe, en su recorrido, tenga una caída suficiente. Si lo dejáramos a nivel, facilitamos atascos y una evacuación torpe del agua. Y lo malo del caso, es que hasta que no se levanta la bañera, no se puede saber la altura de la solera.

También habrá que decidir si se cambia la altura del grifo que teníamos en la bañera. Puede servir el mismo que teníamos, pero será más cómodo manejarlo a la altura del codo, que agacharse para abrir o cerrar.

Otra decisión a tomar, será cómo tapamos el hueco que deja la bañera. En la mayoría de los casos, los usuarios no tienen azulejos iguales a los ya colocados. Por tanto, deberá elegir alguno muy similar, o muy diferente, que ofrezca un claro contraste. Es muy habitual colocar la imitación a gresite. Hay algunas empresas que colocan placas, y evitan  así poner azulejos.

Y no vamos a hablar de la mampara. Es tal la variedad de modelos, formas y colores, que será mejor consultarlo con su instalador.

Por tanto, si ha decidido cambiar su bañera por un plato de ducha, enhorabuena. Pero recuerde que hay algunas cosas que pensar antes.

3 comentarios en “¿Ponemos un plato de ducha?

    • Muchas gracias. Como profesional, sabes que los clientes no siempre entienden los problemas que plantea una obra de este tipo. O a lo mejor es que tampoco lo sabemos explicar del todo bien.
      Esperamos mantener tu atención en este blog.

  1. Hola,
    Tengo una ducha de obra parecida a la de la foto y en el desagüe hay unas piezas que creo que hay que sustituir. El problema es que el tornillo que cierra la chapa de acero sobresale y no se puede meter hacia dentro. En la foto se ve que una pieza de las de plastico está rota.
    ¿Podré encontrarla y ponerla o debo llamar a un profesional?
    Gracias.
    Este es el enlace a la foto en facebook.

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