Cuidados del termo eléctrico

El termo eléctrico es un productor y acumulador de agua caliente. Es sencillo de instalar, es limpio, y se puede colocar en cualquier lugar de la casa donde haya un enchufe eléctrico y un punto de agua fría y caliente (incluso encima de falsos techos: incomodísimo para el instalador). Estas son ventajas con respecto a los calentadores a gas, porque éstos precisan además de una instalación de suministro de gas, una salida de gases quemados, y estar situado en un local ventilado, y a una distancia determinada de la fachada por donde va a salir la chimenea. Ultimamente también se precisa de enchufe, dada la proliferación de calentadores estancos.

Sin embargo, el termo eléctrico tiene sus inconvenientes. El principal es la no continuidad en el suministro. Una vez agotado el agua caliente, habrá que esperar a que alcance de nuevo la temperatura de servicio. Y este tiempo dependerá de la cantidad de resistencias, y del volumen de agua a calentar. Aun así, el eléctrico es el calentador elegido por muchos usuarios que temen problemas con el gas. Tanto por posibles explosiones, como por constantes cambios en la normativa, que obligan a obras y reformas de instalaciones. Sigue leyendo

La herramienta del fontanero…, casi es historia.

Pues sí, muchos no recordarán siquiera el antiguo soplete de gasolina. De esos que algunos coleccionistas guardan como reliquias. Y no es que vayan a desaparecer a corto plazo, pero hay un buen número de herramientas tradicionales de la fontanería, que caen sin remedio en el deshuso.

Todo depende, claro está, de la evolución de los materiales en la conducción del agua corriente. A algunos, en el inicio de la profesión, nos tocó conocer el paso de las instalaciones de plomo y hierro, a las de cobre. De los desagües de plomo y uralita, a los de P.V.C. Y no sin reticencias por parte de muchos fontaneros de toda la vida.

En los últimos años, un gran número de materiales vienen a disputar el puesto que el cobre ha ocupado durante dos o tres décadas. Y con ellos, nuevas herramientas, máquinas y métodos de unión entre tubos y accesorios. De todos ellos, ya iremos hablando en su momento.

Por supuesto que se sigue usando el soplete y estaño para soldar las piezas de cobre. Pero este material, en fontanería, casi sólo se utiliza en instalaciones de gas. Y la tubería de hierro también se sigue instalando, pero para circuitos contraincendios y poco más. De hecho, tampoco ya va roscado. Se utiliza el tubo ranurado. Así, hasta las terrajas de roscar los tubos van perdiendo sentido.

Por ahora, vamos a echar una mirada casi nostálgica a esas llaves y tenazas propias del tubo redondo, cuando el tubo de hierro se roscaba a las piezas.

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Ahorrando agua, que es muy sencillo

No vamos a venir ahora a concienciar sobre la importancia de ahorrar agua. Aunque siempre habrá excepciones, damos por hecho que la mayoría de los ciudadanos (usuarios todos), somos conscientes de la escasez de este elemento vital. Y si el argumento no fuera suficiente, siempre podemos hacer mirar al bolsillo. Aunque a veces da la impresión de que para algunos el agua es demasiado barata, por la poca importancia  que dan a su malgasto.

Pues bien, aunque en nuestra intención esté el ahorro de agua, no es mucho pedir que además adoptemos medidas activas en este sentido. Hay dos fundamentales.

1.- La instalación de filtros economizadores en todos los grifos de la casa. Cuando tengamos que llenar un recipiente concreto, no ayudará nada, pero para el resto de los usos servirá para suministrar menos agua en el mismo tiempo. Y con la impresión de que sale la misma cantidad. Los hay también para el flexo de la ducha. Así que fregar platos, lavarse las manos o la misma ducha, serán gestos mucho más económicos. La inversión es muy pequeña, puede hacerlo usted mismo, y valdrá la pena.

2.-¿Ha pensado cuántas veces usa la cisterna al día?, ¿cuántas veces veces la vaciamos sin ser del todo necesario? Con gran acierto, las marcas de componentes para cisternas llevan algunos años fabricando descargadores de doble pulsador. Esto permite vaciar una pequeña parte del agua, o la totalidad sólo cuando es necesario. Si todavía disponen de los antiguos descargadores, no es un gran gasto reponerlo por uno nuevo. En la tienda de su barrio le indicarán como sustituirlo. Eso sí, asegúrese antes de que el mecanismo existente puede desenroscarse. De lo contrario, es de una única pieza, y eso supondría tener que desmontar la cisterna completa para hacer la nueva instalación. Consulte precio con un fontanero y valore si es rentable.

No olvide que ese pequeño goteo de su cisterna, incluso un inapreciable hilillo constante de agua, puede ser un enorme gasto con el tiempo. Y por supuesto, un derroche. No lo deje pasar.

En muchos lugares recomiendan meter botellas en las cisternas para economizar agua. Desde aquí no lo consideramos apropiado. En muchas ocasiones conseguirá que el agua  descargado, al ser menos, no arrastre lo suficiente, y habrá que vaciar dos o tres veces para conseguirlo. Con lo que  el efecto es el contrario al deseado.

Y por lo demás, ya saben, el sentido común es el mejor aliado para lograr un consumo eficiente y racional.